El bebé del hielo

Una mañana helada de mayo de 2007, en la península de Yamal (noroeste de Siberia), un pastor de renos encuentra un pequeño cadáver. Es de una cría de mamut perfectamente conservada, excepto porque le falta pelo y las uñas.

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Como las extinciones de estos mamíferos gigantes coincidieron con el final de la última glaciación, muchos investigadores creen que la causa de la alta mortalidad pudo ser el brusco aumento de las temperaturas, alterando el clima y vegetación, factores vitales para estos animales. Una reciente simulación por ordenador de los cambios del paisaje al final del pleistoceno desvela que desapareció el 90% del hábitat de los mamuts. No obstante, se cree que otro factor que ocasionó las extinciones fue, si no el causante, tan responsable como los cambios climáticos: el hombre moderno. Aparecieron hace unos 195.000 años en África, y se difundieron por Eurasia hace 40.000. Eran mayoritariamente cazadores y ejercieron mucha presión poblacional sobre las presas, entre ellas el mamut (un individuo adulto podía alimentar a varios cazadores durante muchos días de invierno).

Volviendo al mamut encontrado, hubo una serie de incidentes hasta poder llevarlo a un museo y ponerlo a salvo. Unos perros le mordieron la cola y la oreja derecha mientras el descubridor del hallazgo, el pastor de renos Yuri Judi, iba a buscar a las autoridades para su traslado. Se le puso el nombre de la mujer de Judi, Liuba, pues era hembra.

El científico y paleontólogo Dan Fisher ha llevado gran parte de la investigación. Su máxima prioridad era observar y analizar los colmillos de leche de Liuba, pues son incisivos modificados que crecen continuamente durante toda la vida de un mamut. Existen en ellos unas marcas asociadas a temporadas de crecimiento. Fisher creía que así podría saber la edad del mamut y posibles causas de su muerte. Las marcas de los colmillos de Liuba confirman que tenía un mes cuando murió.

Estudiando más a fondo todo el cuerpo del animal con técnicas como la tomografía (procesado de imágenes por secciones), se vió que la pequeña tenía fango y lodo en trompa, boca, esófago y tráquea.

Se cree que murió atrapada en un lodazal. Esta teoría se corrobora con el hecho de que está perfectamente conservada. Pudo quedarse su cuerpo encerrado entre arcillas y limos, que no dejan espacio para el oxígeno, con lo cual las bacterias no pudieron llegar hasta el mamut. En la imagen el lodo aparece en blanco.

Sin embargo no sólo era un misterio su edad. Otro de los rompecabezas era que habían encontrado el cadáver durante la primavera antes del deshielo, con lo cual llevaba un año (desde el deshielo anterior) expuesta a los elementos. ¿Cómo había podido quedar intacta después de un verano al sol, y con caroñeros por los alrededores? Tras realizarle a la pequeña mamut una autopsia y numerosas pruebas (como la del carbono 14), descubrieron que cuando su cuerpo quedó atrapado, fue colonizado por bacterias del ácido láctico o lactobacilus (no requieren de oxígeno), que dejaron su cuerpo literalmente en conserva. El fuerte olor disuadió a los caroñeros cuando quedó expuesta un año atrás.

Más información y fuente: http://ngm.nationalgeographic.com/2009/05/mammoths/latreille-photography